A Cádiz vine a robarle un día...

A Cádiz vine a robarle un día...
A Cádiz vine a robarle un día... y ella fue quien me robó, La Vida... La Vida... La Vida...

lunes, 16 de mayo de 2011

Aun me quedan cosas por escribir... o no...

Esta entrada va dedicada a las comparsas que más repercusión han tenido, en este pasado Concurso Oficial de Agrupaciones de Carnaval (COAC 2011). Y a las que siempre estaré agradecido, por todas las noches de concurso y los buenos momentos que me dejaron en muchas noches de coplas en penumbras que siempre serán recordadas. Martín, Marquez Mateos, Aragón, Bienvenido, Tovar, Quiñones, Rivero, Galán, Ripoll, Bustelo y un largo etcétera que se vienen a sumar al elenco de buenos copleros, que han ido haciendo de mi vida durante tantos y tantos años ya, un ramillete de buenas coplas salpicado con la espuma de la Caleta, aderezado con la arena de sus playas, calentado con la suave brisa de su levante y la salada claridad de sus cielos, sin los cuales todo esto no sería posible año tras año. Recuerdos de un febrero que ya nos dejó bien metidos en marzo, pero que se hizo inmortal, escuchando las coplas en habitaciones de hoteles malagueños, a medio camino de mi tierra Granada y de mi ciudad añorada, Cádiz. Y se fue, poco a poco, sin hacer demasiado ruido, como en el fondo también lo hicieron todos los demás...

Gracias Cádiz, por dejarme año tras año, legados que me siguen poniendo los bellos de punta y me erizan la piel cada noche, en forma de negras corcheas sobre blancos pergaminos pentagramados... y gracias Cádiz, por dejarme aun que me levante silbando y canturreando cada mañana, con el máximo de los respetos hacia quienes se suben a las tablas del Templo de Ladrillos Coloraos, ya sea como autores o componentes de las diversas agrupaciones, y que nos dan la oportunidad de cantar cualquier letrilla o tararear una música de esas que se nos meten en el alma y se nos graban a fuego en el corazón. Y lo que es aun mejor... dejarme que las haga mías...

Y mil gracias Cádiz, siempre, porque al llegar las noches y antes de cerrar los ojitos y dejar el cuerpo donde lo pueda encontrar a la mañana siguiente, me sigas arañando el alma desde la distancia, saltándome las lagrimas con ese pellizco que nos dejan muchas de las comparsas en sus repertorios, algunas al más puro estilo viñero de el tres por cuatro, o me hagas esbozar aun sonrisas recordando estribillos, presentaciones o cuples, y que se me queden dichas sonrisas en las comisuras de los labios durante el resto de la jornada, alegrándome los días en los que me fallan las fuerzas tantas veces para continuar con el blog, con las ganas de escribir algo nuevo en el, y el mero hecho de aporrear con mis nudillos donde proceda, y sin venir más a cuento que conseguir mi propio gozo y satisfacción, el compás que llevo siguiendo, queriendo y sintiendo más de 25 años... (no quiero más antifaz que mi propia mirada)

No me abandones jamás... Cádiz. No lo hagas... jamás... y entonces yo intentaré seguir por aquí, sin hacer mucho ruido, justo de la misma manera que la marea se despide con miles de besos de Santa Catalina, sabiendo la mar que va a volver a verla pronto... muy pronto... y "además", porque creo que aun me quedan cosas por escribir... o no...

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