A Cádiz vine a robarle un día...

A Cádiz vine a robarle un día...
A Cádiz vine a robarle un día... y ella fue quien me robó, La Vida... La Vida... La Vida...

sábado, 31 de diciembre de 2011

Feliz 2012...


Aunque esta noche no me coma ni una uva, porque no me las pienso "de comer", os deseo a todos una feliz salida del año que ya hemos gastado, y una feliz entrada del que está por venir en apenas unas horas... Feliz 2012... aunque ya sabéis... el año empieza en el mes de Febrero. Os emplazo a todos, a comernos las uvas el 31 de enero, allá donde nos pille. Un abrazo a todos los seguidores del blog, y Salud, Fuerza, Honor y Libertad... y como no... ponerse bien la máscara... y podréis tener felicidad... porque todos llevan su disfraz,  y porque..."Todo el año es Carnaval"...


Y yo con vuestro permiso, seguiré guardando con celo en mi playa y en el Paraíso de mi vida y del día a día, el tesoro que un día encontré y que la Caleta me dejó guardar en un cofre templario que es mi principio y mi fin, que crece con el paso de los días, se hace mejor, más grande y más fuerte, y donde siempre hay una toalla al laíto de la mía que dejó de estar vacía, y que me invita todos los días a esperar que lo mejor, siempre esta por llegar... 


El paraíso es un sueño,
pa' que te voy a engañar.
Aquí todo tiene dueño,
como en la vida real...

Ya tiene dueño el paisaje,
el aire, el agua y el mar,
y dinero es de un malaje
que no sabe ni sumar...

En el reino de los mansos,
el masoquista es el rey.
Por quererte sin descanso,
soy un fuera de ley.
Y aunque yo no te merezca,
torpe, lacio e indeciso,
yo soy el guapo que pesca
atunes en el paraíso...

El paraíso no tiene
ni pecado ni serpiente
que me muerda ni me tiente,
ni principio ni final,
ni gracia si no es contigo
dormir la siesta al abrigo
del árbol del bien y del mal...

En la costa del edén
hay un nido de tunantes,
y, por chulos, que les den
por donde salta el levante...

Que me llamen infeliz
y que me encierren por loco,
si no es bonito vivir
siempre nadando con chocos...

Dame un beso de tornillo
antes de ir a la alcoba,
que lo mejor del morrillo
será mi tarta de bodas...

No será lo que pedías
pero soy quien más te quiso...
no se pescan to' los días
atunes en el paraíso...

Mira si estamos casa'os,
si pasamos de la gente,
que nos quiten lo baila'o,
y reviente el que reviente...

Ya no hay nada que me importe,
yo cumplí mi compromiso:
no se pescan por deporte
atunes en el paraíso...

GRACIAS A TODOS... Y FELIZ 2012...

viernes, 30 de diciembre de 2011

Abre esta noche sus puertas...


El templo de los ladrillos coloraos, se convierte por arte de magia esta noche, en el Templo de la palabra. Y hasta el, se irán acercando gaditanos y gentes de otras tierras. Gentes de bien y de bien buenas gentes. Algunos embaucadores. Ciertos buhoneros. Unos pocos canta-mañanas. Copleros de postín. Rebañaores de ollas. Pillatigres. Alzacuellos, mangas verdes y tiralevitas. Piropeadores de un compás que nunca entienden ni entenderan. Niñatos sin más afán que el no dejar de serlo. Musiquitas, trovadores, soñadores y poetas de medio pelo. Artistas de la farándula, sinvergüenzas, manipuladores, sabios que perdieron el norte, amigos de lengua larga más falsos que el mismo Judas. Lacios, extrovertidos y canallas. Ángeles que cayeron. Pejigueras noctámbulos y bohemios de culebrón. Crápulas que se creen en posesión de la verdad. Payasos sin carpa. Músicos ya sin ideas, que juegan a ser mayordomos de los demás. Creadores de repertorios ficticios, inexactos e incorrectos. Impostores de la verdad. Sinceros escuderos en boca de los demás. Artistas que confunde las tablas con su ego y lo multiplican hasta la extenuación. Criticonas de butacón, bata y babuchas de paño, con las que darles en tó la cara. Literatos carnavaleros, que maldita la gracia que le hace esta palabra a uno de los grandes de tu fiesta. Menudos elementos. Libretos sin magia alguna, donde sobran los piropos cuando no se dicen ni se sienten de verdad... Gentes sin palabra... y una pregunta que yo me hago... ¿¿¿porqué todo esto, con lo bonito que es cantarle a Cádiz???...

A ver, Teatro de los sueños... ¿¿¿tu distingues a quien sobra de quien vale???... ¿¿¿a quien te intenta enamorar tan solo por un primero???... A ver, Falla, verdadero teatro entre bastidores... ¿¿¿tu distingues el académico implacable y despiadado, del que simplemente llega a ti y le canta a Cádiz???... A ver, Ladrillitos coloraos... ¿¿¿tu deshaces los sueños de quien a ti llega con afán de ser un dios, y los bajas del pedestal a las primeras de cambio???... 

Sigo pensando que yo no soy nadie, ni lo seré jamás, para opinar de nada de todo esto, y mucho menos contra nadie. Cada día tengo más claro lo que me gusta. Y lo que me gusta, lo tengo cada día mucho más claro. Todo es escuchable y no por eso todo tiene porque ser bueno. Le exijo al que así entiendo que le puedo exigir, y me sorprendo con quien no me lo espero y eso me encanta. Escucho cada letra y cada nota de las obras que los autores me llevan a tus tablas y Tú me traes cada año, con la misma ilusión de cuando todo esto empezó. Guardo las noches en mi almohada y las disfrazo, sin haberme yo disfrazado jamás en mi vida. Y después, cuando los años pasan y los recuerdos quedan, guardo para mi aquellas coplas que me transmiten sensaciones, momentos, detalles puntuales de una vida que pasa y se me va, sin pedirme siquiera permiso... y lo mismo es un tanguillo de fuerza y tronío, que una buena presentación de chirigota o comparsa. Lo mismo es un cuplé añejo, que un pasodoble totalmente surrealista de Pepe Guerrero (Yuyu). Lo mismo es la trova de algún comparsista, que un tres por cuatro chirigotero puro... y lo mismo es un chascarrillo cuartetero, que una coral polifónica que me quite el sentío al escucharlos en el anchurón del Pópulo.

Jamás mi crítica será destructiva. jamás alzaré la voz ni mi palabra contra quien tiene la tremenda osadía de imaginar quimeras carnavalescas y plantarlas en el anchurón de tu escenario. Hay que tener dos huevos muy bien puestos. eso, o estar medio loco. Hay que saber que se ha de llevar y cuando no se esté seguro, es mejor quedarse en casa. O la calle, que para eso está, y que a veces nos deja cositas mucho mejor trabajadas, preparadas y ligadas, que muchas de las cosas que se cuelan en camerinos y pasa sin pena y sin gloria. Seamos serios señores. El Concurso es una cosa, el Carnaval es otra muy distinta, y lo demás son eso... Palabras... algunas que se lleva el viento y otras, que le dicen al pueblo llano, como hablar...

Sin embargo, como humano que soy, yo también puedo cometer el terrible y pecaminosos error de equivocarme. Y si eso llega a ocurrir, se tú quien me tape la boca. Las verdades no se encuentran en tus libros, y eso bien que lo se, porque la vida se encargó hace ya mucho tiempo de demostrármelo de manera ruin y mezquina. Así que déjame matar de una vez las lenguas viperinas, esas que guardan veneno, hipocresía, envidia, odio y tanta maldad... 

Amor, Libertades... Sonrisa, humanidad y perdón... Justicia y respeto... Salud, integridad y bondad... Cariño y pureza... todas ellas son palabritas sin respuesta, palabras por las que el Templo, abre esta noche sus puertas... y dime, si en este mundo de mentiras y verdades, mis palabritas y este blog, caben en tus carnavales... por que si caben volveré... pero si no... no te lo calles... dímelo...


Comparsa "Palabritas" - Actuación completa
Autor Letra y Música: Guillermo Caballero Jiménez
Dirección: Antonio Manuel Alfaro Lato
COAC año 2010

Presentacion:
El templo de la palabra, abre, abre, abrelo
abre esta noche sus puertas...

Y dime si dentro hay viejos literatos carcamales
tú que distingues a quien sobre de quien vale
abre la boca y no te calles dimelo.
Y dime si en este mundo de mentiras y verdades
mis palabritas caben en tus carnavales
por que si caben volveré pero si no no te lo calles dimelo.
Soy el guardían de la palabra,
el que le dice al pueblo llano como hablar
un académico implacable y aunque tenga aspecto amable
no te vayas a equivocar.
Porque yo soy quien clama tus errores
y el que perdona tu condena y tu sentencia
pero "cuidao" que en el perdón que yo te doy
también te doy la penitencia.
Vengo a enseñarte lo que un dia yo aprendí
de las verdades que en los libros no se encuentran
que las palabras también te pueden mentir
tú no creas por ahí las patrañas que te cuentan.
Sin embargo si mis labios al hablarte se equivocan
tú también puedes taparme a mí la boca
que el silencio es tu derecho de mandarme a callar...
Si al contrario tú defiendes lo que este letrado opina
dejame matar las lenguas viperinas
esas que guardan veneno, hipocrecía, envidia, odio y maldad.
¡Amor, Libertades!
Sonrisa, humanidad, perdón,
¡Justicia, Respeto!
salud, integridad, bondad,
¡Cariño y Pureza!...

Palabritas sin respuesta, palabras por las que el templo...
abre esta noche sus puertas, abre sus puertas.

jueves, 29 de diciembre de 2011

Pensando en ti...


Pensando en ti. Y a todas las horitas del día, mi pensamiento solo está contigo. Y la tierra mía que me tiene loco perdío. Será tu brisa marinera, o tus mujeres tan morenas. Algo tienes, Cái... algo que me embriaga y estremece. Serán tus mujeres, y ese ambiente... algo tienes... Cái...Cái... Cái...


Presentación y de propina un Pasodoble de los Mayordomos  - 1968
Tercer Premio


Pd: vídeo del usuario mariadelmarpeña


martes, 27 de diciembre de 2011

Imagen del día...

Hoy la imagen del día que os traigo al blog es esta... espero que os guste...


Pd: A todos los amigos de este blog... mandarme al correo, las imágenes que queráis u os guste que aparezcan diariamente en el blog... todos los días se irán publicando, por supuesto siempre poniendo de quien son y que es lo que es o se ve... será una buena iniciativa para estar al día y de paso, que ustedes vean aquello que les guste en el blog... saludos y espero vuestras imágenes al correo nano.abuin@gmail.com

Esto ya está aquí...

JURADO DEL COAC 2012

Chirigotas: Juan Manuel Canseco, Alicia Rodríguez, María del Moral Pino, Miguel Rodríguez y Miguel Ángel Brún.

Comparsas: Fali Figuier, Norberto Iglesias, Alfonso Cortés, Pedro Gómez Escalante y José Sacaluga Acera.

Coros: Alfonso Cortés, José Sacaluga, Fali Figuier, Juan Manuel Canseco y María del Moral Pino.

Cuartetos: Pedro Gómez Escalante, Norberto Iglesias, Alicia Rodríguez, Miguel Ángel Brún, Miguel Rodríguez

lunes, 26 de diciembre de 2011

Eché a andar muy despacito...

Eché a andar muy despacito. Timón brisa y marea. Donde la libertad es solamente para los demonios... donde siempre asoma una muralla y siempre una playa asoma. Que me importa mi negrura, si me voy a bautizar con la sal bendita y pura de la ermita del mar. Pues amarte y descubrirte a mi mismo me he prometido. Ya presiento las torres, y los vientos de Cádiz son los que me llevan. Llego. Ya llego... y me topo de frente con unos muros de piedra. Cada paso es una aventura, y cada esquina es un libro, un perfume abierto. Velamen en las azoteas. Ah, de este inmenso castillo!!!... Ah, de estos muros de piedra!!!...

Que razón tenía el maestro, cuando me dijo, que los colores más bonitos siempre los pintan los cieguecitos. Y cerrando los ojos veo un destino, un camino y una senda. Una brisa, que juega con mis oídos. Y aunque me faltan luceros me sobran los otros cuatro sentidos. Y valiente en mi creencia de ser de ti, me dejo llevar por el viento de Cádiz. Un consejito que me diera mi maestro se me viene a la cabeza. Tropecé con una mujer de cuerpo bonito. Me siento grumete de un barquito. Convento de las palomas. Y yo te mando mi corazón con la marea. Un ciego sin lazarillo cruza tu puerta... y siempre lo hace de noche, porque siempre es noche cerrada y angosta para el...


Y con manos yo te invento. Veo mojarritas, como reinas viviendo en un aguita que es agua y luego arena. Si el sur es quien te mueve, tu hueles a roca. Ostionera y curtida por la sal. Arrugada su piel, como anciana expuesta a la fuerza de tu Mar. Y cierro los ojos y veo los siete mares. Y en cuanto enciendas tu plata fina, yo iré enseguida. Te buscaré, y se que daré contigo. Pero antes me pasaré por la Plaza de las Flores. Faltaba más, por Dios. Y temblaré. Y no recordaré otro temblor como el que mi cuerpo me regaló cuando escuché mi primer tanguillo. Y los tangos, majestuosos emperadores y reyes de tu fiesta, me hicieron llorar como un chiquillo al amparo de quien sus lágrimas regala cuando escucha sus primeros compases, y con ellos vibra. Y la luna lunera, esa que no existe, se vestirá de piconera. Hasta que los tangueros se pongan a cantar nanitas a los balcones. Esos balcones que guardan las vidas de quien tras ellos viven, y que se esconden tras las persianas que dejan adormecidas las penumbras en las que tantos como yo, son felices. Tras las persianas, sus vidas... y tras los balcones plagados de macetas, las vidas de quien así las quiere vivir y las debe, para que las mismas no sean propagadas por las calles, esas que siempre dan al mar y a las casas de los vecinos... y a quien le importa, y que sabe nadie...

Amores. Esos que se esconden bajo las faldas que los amamantan, y que solo los ciegos son capaces de atisbar, pues no hay más ciego que el que no quiere ver. Latidos de corazones al compás de las passiones que juguetean por tus calles y plazuelas, recónditas esquinas plagadas de coplas ancestrales que repiquetean con sus nudillos callados en las gastadas fachadas. Esas passiones, que muchos se empeñan en apagar, pero que pocos consiguen. Se que yo jamás te veré como lo hará un ciego. Y que seguramente como un ciego te quiera de por vida. Con los ojos de mi corazón. Con los ojos de mis otros cuatro sentidos puestos junto al alma en el tintineo de las sensaciones,... de los olores, los sonidos, el tacto y el gusto... y para gusto, el estar a tu vera cada vez que pueda. Todos los días, por cortos que se nos hagan... y no habrá Cádiz, tristeza como la mía. Porque en la distancia te busco, te observo, te siento, te capto, te huelo, te palpo, te escucho... pero no te veo. Más que con los ojos del alma... y ya quisieran muchos, de esos que te ven a diario, ver lo que veo yo cada día que pasas en mi vida...

No hay cosa que no me huela a ti. No hay cosa que no me suene a ti. No hay cosa que no toque y me lleve a ti. Y no hay cosa que deguste y no me recuerde a ti. Trimilenaria urbe fantástica, bañada por la plata de la espuma de tu Mar, y que me ha devuelto tantas cosas, que ya creía perdidas... ilusión, magia, satisfacción, libertad y espera... esa espera que te hace ser más paciente. Esa espera que te dice, que lo mejor siempre está por llegar... y mientras llega, yo me baño con tu salada claridad, con tu espuma regeneradora, con tu arena que se cuela entre los pliegues de mi piel y que en un tarrito llenado en tu Caleta, venero en mi casa. Todo me lleva a ti... y se que siempre fui de ti, aun sin saberlo...


Gracias, Cádiz... por dejarme ser quien soy. Por dejarme ser gaditano. Por dejarte querer de las maneras en que yo lo hago, o al menos lo intento... y sobre todo, Gracias Cádiz, siempre agradecido, eternamente... porque de un tiempo hacía acá, me has dado momentos que jamás olvidaré. Momentos que me marcaran un destino, un camino y una senda, que no quiero abandonar. Porque en ella me siento bien. Y soy quien soy, y quien siempre creí ser. Y mientras, como el que no quiere la cosa, seguiré hablándote bajito y al oído. Pintando estrellas que curen mis miedos, en cielos oscuros sin lunas que los alumbren. Y mientras tu te quedas dormida, yo maldeciré mi suerte. Esa maldita suerte que tengo, de no poder verte... 


¡Ah! De estos muros de piedra. ¡Ah! De este inmenso castillo. Un ciego llama a tu puerta, un ciego sin lazarillo. Pues amarte y descubrirte él mismo se ha prometío y aunque le faltan luceros le sobran otros cuatros sentíos. 

Ya hablan las torres, ya las presiento, por fin en Cádiz me llevan sus vientos. Lalalala ¡Ahhh! ¡Ahhh! Lalalala ¡Ahhh! ¡Ahhh! ¡Ah! De este inmenso castillo. ¡Ah! De estos muros de piedra. Un ciego sin lazarillo ya está cruzando tu puerta. 

Eché a andar mu despacito y me acordé del consejito, que me diera mi maestro: "Todo aquí es literatura, cada paso una aventura, cada esquina un libro abierto". Un perfume me ha atrapao. Una mujer, ¡Tropecé!, ¡Cuidao!, ¡Ole los cuerpos bonitos! Al timón: Brisa y Marea. Velas en las azoteas, soy grumete de un barquito. San Francisco, San Antonio, libertad pa los demonios, convento de las palomas. Pa dónde quiera que vaya, siempre asoma una muralla, una playa siempre asoma. ¿Qué me importa mi negrura, si con mis manos yo te invento? Los colores más bonitos, los pintan los cieguecitos,...


¡Qué razón tenía el maestro! ¿Qué me importa mi negrura, si me voy a bautizar, con la sal bendita y pura de la ermita del mar? He cerrao los ojos, hay un camino, una brisa que juega en mis oídos. Mojarritas que viven cómo las reinas. El agüita que es agua y luego arena. Si es el Sur quién te mueve, hueles a roca. Burgaillos y algas, si el Norte sopla. He cerrao los ojos, hay siete mares que van de la bahía hasta Puntales. 

¡Ah! Mi corazón contigo se quea, ahí te lo mando con la marea. ¡Ah! En cuanto enciendas tu plata fina, ¡Ay amor mío!, Iré enseguida. Del mar venía un compás que me llevó a la Plaza las Flores, un pueblo entero era un cantar y no cabían sus trovadores... 

Señores, por compasión, dejen pasar a este pobre ciego, y de la mano alguien me cogió: "Faltaba más, pase usted, por Dios, ¡Qué disfraz más Güeno!" ¡Cómo temblaba mi cuerpo cuando escuché mi primer tanguillo! Yo que nunca había llorao, lloré ese día como un chiquillo. En cada esquinita, peregrinos cantando, borrachitos de coplas, mis propias penas fui enterrando y La Tacita besó mis labios. Le regalé piropillos hasta que salió la luna lunera que esa noche, se había puesto, un traje blanco de piconera. Luego vino el silencio a la Plaza las Flores y se fueron los tangos a cantar nanitas tras los balcones... 

Balcones. ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! Balcones. Por dentro guardan las vidas, por fuera macetas de colores. Torreones. Con persianas pa que sólo entre el aire, y lo que sepan sus cierres, no lo propague la calle. Faroles. Ventanas de marineros. la mansión del pobrecito, la cueva del pobre rico, escondite del coplero. Amores. Debajito de sus faldas. Los inviernos, los veranos. Penitentes y guitarras: Las cruces del gaditano. Balcones. ¡Qué gran tesoro tenéis, ladrones! Mi pregón es cómo un grito, que no darían mis ojitos por ver lo que ven tus balcones... 

La última estrella ha salío, casi se ha dormío, mi reina bonita. A los pies de su cama dice: "Hasta mañana", su orilla infinita. Cómo un pez en las redes, por ella se muere una bola de fuego, repican las campanas al son de mi nana, la nana del ciego. Ro, mi niña, ro. Que Dios te guarde. Ro, mi niña, ro. Que se hace tarde. Nunca te veré, Cai de mi vía, no hay tristeza, no hay, como la mía. Levante, Poniente, dejadme que llore mi suerte. Habladle bajito, que está soñando con los angelitos. Guardianes del cielo, pintad estrellas que curen sus miedos. 

Mi niña se duerme y yo maldigo y maldigo ¡MI SUERTE! 

Si tu eres mi pecado...

Sin palabras, simplementen escuchen... Juan Fernandez en estado puro...





Si tú eres mi pecado
y tu son me envenena,
yo quisiera morirme
en este infierno de blanca arena...

Si tú eres mi locura,
por tus calles me muero
y pierdo la cordura
como cualquier criatura
que camina por tus suelos...

Pecaré si mis pies desnudos
llegan a pisar el mar.
Pecaré si por un momento
robo tus rayos de sol...

Pecaré si me pides el alma,
si me pides los que quieras,
si me pides las flores
que nacen en primavera...

Si eres el infierno
para qué quiero llegar al cielo.
Que ardan mis entrañas bajo el sol
y se pierda en tu playa...

Si eres el pecado déjame
que yo peque sin miedo.
Si eres el infierno
a saber como es el paraíso...

Cádiz, como siempre, pecaré
si te quiero y te quiero.
Siempre quise mirar hacia el mar
porque así Dios lo quiso...

Si Cádiz, eres el infierno,
cómo será el cielo,
cómo será el cielo...

si tú eres la vida,
si tú eres ese paraíso
que nace en la playa
y se muere en la orilla...


Pd: texto extraído del blog Yo amo el Carnaval de Cái... enlace pincha aquí

domingo, 25 de diciembre de 2011

Déjame un rescoldo...


Déjame un rescoldo. Siempre. Que yo soplaré quemando coplas hasta que esto reviente. Porque no hay nada mejor que echarle fuego al fuego. Será así, mientras tu así lo quieras. Y no temas, que no se apagará la llama que ya vive con bríos, aunque con fuerza contenida, porque yo esperaré paciente detrás de la barricada, a que entre el levantito para que se venga arriba si acaso mengua, y de esa manera procuraré que jamás se apague. Y mientras eso no ocurra, quemaré el alma a todo aquel que intente engañarnos. Hacernos querer ver que lo nuestro no es lo que es. Porque los fracasos y los premios que nos da esta vida, son aquellos que nosotros mismos nos buscamos. Al rojo vivo, me derriten el alma. Veneno que no se me va, pero que tampoco acaba conmigo... esa llama de este loco enamorao...


Fuego al fuego... y mientras ardemos juntos en el deseo que es nuestro y de nadie más que de nosotros dos, nadie nos podrá ya quitar lo bailao. Déjame siempre un rescoldo, que yo le vea las llamas. Yo seguiré encendiendo la caldera, y renovaré mis passiones... "Ay!!!... que sabe la gente!!!... fuego al fuego... mientras, dejaremos nuestros cuerpos tumbados para que los maltrate cariñosamente la sal y la arena. El lento pasar de los días que me dan la vida. La caldera está encendida. Así que déjame un rescoldo, que se funda para siempre en tus entrañas... de nuevo me envenenas, me conquistas, me enciendes la llama de este tonto enamorao... Ay!!!... que sabe la gente, cuando nace el fuego!!!... y ya no se puede parar... 

Bueno, tu si lo sabes... no???, Cádiz???...

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Que pena ser relojero,...

Que pena ser relojero, y no poder parar el tiempo. Ese que leí hace tiempo "que no cesa ni perdona, el que nunca se para aunque lo parezca. El que se escapa y se va perdiendo cuando lo desaprovechamos dejando que pase..." 


Que pena, no poder parar el tiempo, sobre todo al llegar la noche. Esa noche que enmascara las carencias de nuestras almas y nos transporta a orillas trimilenarias que tantas y tantas veces fueron arrasadas, conquistadas, y vueltas a arrasar en los compases perfectos y armónicos que marcan los segundos de un reloj imparable. Un segundo, un latido... 

Un chasquido milimétrico que se nos va con un suspiro. Y así una noche y otra, y mientras tanto, van pasando los días. Dicen que el tiempo es quien todo lo cura. Aunque también es quien todo lo hiere. Dicen que es el tiempo el que nos zarandea al compás de un minutero que se vuelve loco por no poder ir hacia atrás. Que se detiene sesenta segundos, antes de avanzar un paso más en la corona de una maquinaria perfectamente sincronizada y engranada por manos divinas, que ya escribieron las lineas de renglones torcidos por las que nos empeñamos muchos de nosotros en caminar con espaldas rectas y cabezas altivas. Segundos que nos marcan la siguiente pena, el sucesivo acontecimiento, el siguiente acto, o la venidera y sustanciosa alegría que siempre pensamos inconscientemente, que nos debe de llegar... 

Que pena, que en mi próximo minuto de vida no sepa lo que me aguarda apuntado en el cuaderno de mi vida, o lo que me vendrá sin que nada pueda hacer por evitarlo. Que pena no saber lo que estará por venir, lo que me espera a la vuelta de otra esquina con la que darme de frente o intentar esquivar en vano, con todo lo que ya se de tantos segundos vividos al amparo de un tic-tac prodigioso que se inventara el que mueve los hilos, para cronometrar mi existencia, y ponerle fecha de caducidad a la vida tal y como la conozco, y la conocemos. Que lástima, que el continuador e imparable segundero no se ancle en el espacio-tiempo, para dejarme un segundo más en la comisura de tus labios. Perdido. Extraviado. Abandonado a tus ansias que son las mías. Lento, tanto que se pare el tiempo. Descuidado y desorientado como un chiquillo que no sabe bien a donde va, pero que aun así se deja llevar... y va con todo... sin miedos ni nada parecido, porque solo se le tiene miedo al dolor, y hasta que el llega, nada nos hace temer...

Las manillas, que avanzan muy despacito, nos marcan el compás de nuestras propias vidas, y con ellas algunas veces de la misma mano, las vidas de las demás personas a las que acompañamos, muchas veces rodeando con nuestras manos sus cinturas o dejando caer nuestro pesado brazo rodeando su cuello y acariciando su espalda, mientras vamos paseando al amparo de las sombras que nos dan las alamedas. Al final del camino, un polvoriento, seco y árido trazado arenoso custodiado por cipreses, nos marcan el fin...

Y a la vera de una reja negra de forja, forjada por hombres que ya tuvieron que marchar, un reloj de arena que se puso bocabajo en el mismo instante en que lloré por primera vez. Y aun no he dejado de llorar. Mi alma se rubrica con tu nombre, y en la penumbra de mi fría habitación te busco, pero no estás. Tu silueta se propaga mentalmente mientras tu risa araña las paredes y se entremezcla con mis sábanas calientes, esas que guardan el calor de tu cuerpo y el mío, rascando nuestras penas y pesares. Y ese reloj de arena puesto bocabajo, intercambia sus formas y maneras, para convertirse en minutero y segundero que con el gélido chasquido de un engranaje perfecto y ancestral, y que no se detiene por mal que nos pese... nos dice que la noche avanza, como avanzará el día con una nueva claridad... nada se detiene, todo continua, por mal que nos pese... o por bien que nos parezca...

Que pena ser relojero, y no poder parar el tiempo... pero más lástima le tengo a aquel al que ya se le paró su propio reloj, al que se le acabó la arena y se convirtió en polvo, y traspasó la verja negra de forja forjada por hombres que ya no están, porque no podrá volver para adentrarse entre los pliegues de tu preciosa piel, o en las arrugas de tu alma trimilenaria. Ni tampoco podrá volver a saborear cada una de tus lágrimas saladas, con las que yo enjuago mi cara en cada amanecer, y con las que suavizo mi garganta al llegar Febrero... para poder un año más cantar tus coplas... esas que se lleva el tiempo, quedan en la memoria, y no hay relojero que pueda pararlas. Aunque si me dan a elegir, yo tampoco las pararía. Porque yo no quiero malgastar el tiempo que me quede, mientras otros intentan tocar el minutero rascando tus penas... y las suyas...

Y ahora que se acaba el año, (aunque para mi lo haga el 31 de Enero) solo le pido al de los hilos, que el péndulo no se pare jamás... y que nos siga marcando el compás. Y mientras la vida se nos va, como en un reloj de arena, que sea tu arena la que se mezcle con la mía. Así seguramente mi vida tenga algo de sentido,... y quizás, porque no... la tuya junto a la mía...