A Cádiz vine a robarle un día...

A Cádiz vine a robarle un día...
A Cádiz vine a robarle un día... y ella fue quien me robó, La Vida... La Vida... La Vida...

domingo, 25 de diciembre de 2011

Déjame un rescoldo...


Déjame un rescoldo. Siempre. Que yo soplaré quemando coplas hasta que esto reviente. Porque no hay nada mejor que echarle fuego al fuego. Será así, mientras tu así lo quieras. Y no temas, que no se apagará la llama que ya vive con bríos, aunque con fuerza contenida, porque yo esperaré paciente detrás de la barricada, a que entre el levantito para que se venga arriba si acaso mengua, y de esa manera procuraré que jamás se apague. Y mientras eso no ocurra, quemaré el alma a todo aquel que intente engañarnos. Hacernos querer ver que lo nuestro no es lo que es. Porque los fracasos y los premios que nos da esta vida, son aquellos que nosotros mismos nos buscamos. Al rojo vivo, me derriten el alma. Veneno que no se me va, pero que tampoco acaba conmigo... esa llama de este loco enamorao...


Fuego al fuego... y mientras ardemos juntos en el deseo que es nuestro y de nadie más que de nosotros dos, nadie nos podrá ya quitar lo bailao. Déjame siempre un rescoldo, que yo le vea las llamas. Yo seguiré encendiendo la caldera, y renovaré mis passiones... "Ay!!!... que sabe la gente!!!... fuego al fuego... mientras, dejaremos nuestros cuerpos tumbados para que los maltrate cariñosamente la sal y la arena. El lento pasar de los días que me dan la vida. La caldera está encendida. Así que déjame un rescoldo, que se funda para siempre en tus entrañas... de nuevo me envenenas, me conquistas, me enciendes la llama de este tonto enamorao... Ay!!!... que sabe la gente, cuando nace el fuego!!!... y ya no se puede parar... 

Bueno, tu si lo sabes... no???, Cádiz???...

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