A Cádiz vine a robarle un día...

A Cádiz vine a robarle un día...
A Cádiz vine a robarle un día... y ella fue quien me robó, La Vida... La Vida... La Vida...

viernes, 27 de enero de 2012

En tan solo quince días...

En tan solo quince días... la que habéis liado... !!!Chiquillos!!!...

En tan solo quince días, se han reinventado. Cual fénix que renace de sus propias cenizas, las mismas que ellos mismos quemaron. No entraré en el tema, de quien o quienes fueron los que le metieron yesca al tipo. Jamás se me ocurrirá ponerme del lado de unos u otros, cuando ni siquiera los conozco personalmente. Ahora bien, la intuición me dice, aun a sabiendas de que me puedo equivocar, que me tengo que posicionar por los autores, después de lo sabido, visto en internet o en el programa donde participa Jose Guerrero El Yuyu, y dándome cuenta de que al final hasta se le terminó dando la razón a Ángel Subiela. Y dicho esto, sigo con la entrada... y que cada palo aguante su vela...


Los Hermanos Marquez Mateos, Los Carapapas de toda la vida, volviendo a sus orígenes más ancestrales, han presentado su nueva obra en las tablas del Falla, que son tablas que son hoy más que nunca, de ellos, por que tienen ganado ese duende por derecho propio. Con un grupo remozado y apenas empastado en quince días, nos han demostrado a todos que el Concurso es algo mágico, que no se queda más que en coplas para puntuar delante de un jurado, sino que sobrepasa los telones y revienta el mismísimo paraíso, para partir las almas de los que nos sentimos gaditanos al escuchar estas mismas coplas por sus calles...

Recogiéndose temprano, con el sol ya salío, quieren darse estos duendes una vueltecita por Cádiz. Y como sus calles son de plata y estos duendes que habitan dentro del Teatro Falla son alérgicos a ese metal precioso, tienen que inventarse un plan para poder ver su ciudad. Y se montan en un "aerolata", que con toda la ilusión del mundo van montando en una cuarteta. La misma ilusión con la que han montado su obra en apenas dos semanas, y que nos traen cogida con los mismos alfileres que se quitaron hace menos de tres meses. Y en esa cuarteta del popurrí, del que ya hablaremos más detenidamente, tengo que decir,  que con todos los respetos hacia David y Fco. Javier, es lo que más se ha aproximado al "sonido ares", ese que tantos y tantos añoramos y que con el crecimos, en unos cuantos concursos desde que se marchó, el Niño de Santa María...

Sí. Lo digo, porque así lo he pensado siempre. Si hay dos autores que se asemejen a lo que puede ser ese sonido, o esa manera de entender la comparsa, con todas las diferencias que claro que las hay, son Los Hermanos Marquez Mateos y Constantino Tovar, este último sobre todo, desde el giro que dieron sus obras a partir de "Las Estaciones" y con una vuelta de tuerca más, después de "Volver a Empezar"... 

Pero hoy hablamos de Los Carapapas. Y tengo que decir que me ha gustado mucho la presentación... porque es del color que son sus cortinas y sus ladrillos. Cuando el teatro se queda vacío, salen de su escondite como siempre ha sido, y rebuscan y rebuscan entre sus bambalinas, para coger las cositas que allí con los nervios la gente se olvida... y poquito a poquito cogen to lo que ven, y poquito a poquito montan su museo... cuando este teatro se queda vacío, van al patio butacas como siempre ha sido... y cuando el teatro se queda vacío es cuando sienten que es suyo... como yo siento que es mío... poderío y sabiduría en la presentación...


Y llega lo que hace grande a las comparsas... el pasodoble. Con toda la chispa y el duende de un músico tremendamente desaprovechado, y lo llevo diciendo años. Perico. Pedro Campos, un artista que dota los repertorios que defiende, de unas maneras y sonidos que envuelven desde el primer rasgado de guitarra... y con esa misma guitarra que utiliza de escudo para salvaguardar su persona y su tímida personalidad, y con la que ya ha ganado algunos primeros de comparsa, pues con ella, con su guitarra se arquean las tablas del falla, se eriza el patio de butacas y entonces estos duendes coloraos, recorren cada uno de los asientos y palcos, dejando a su paso un escalofrío grande, perenne y efímero a la vez... escalofrío que siembra los corazones de pellizcos profundos, que nos embisten con un soplo de aire fresco y desenfadado, pero a la vez valiente y socarrón. Pureza y estilo carapapas en su máxima expresión. Aires que saben a esquinita esconchá. Músicas adoquinadas en la viña, donde una chirigota se hiciese inmortal a base de estribillos fenicios cantados por una marea de enanos, a los que les siguieron una legión de marcianos al compás de un tres por cuatro endiabladamente gaditano y viñero. Sonidos de bombo y caja, que se quedaron impregnados para siempre en sus fachadas de pura piedra ostionera... y que tan solo se pueden arrancar, quitándose los alfileres que les clavaran a unos muñecos en el corazón hace ya casi un año...


Y ha eso han venido este año. Para traernos un repertorio agudo y cargado de fina ironía. Han venido estos duendes coloraos, a poner colorao al teatro, al jurado, al patronato y a cualquier cosa que no sea de su color. Visceral el pasodoble, con mucha guasa, pero diciendo verdades como puños... porque no hay más condena que la del pueblo. Si tu concursas, y el pueblo se olvida de tus coplas, ¿que más da que ganes?... Que vayas de favorito, que te veas con la florecita en el culo, porque todo el mundo habla de tu comparsa. ¿que más da?... De nada importa si el pueblo te condena al más oscuro olvido. Un jurado super-hiper-preparado, puede equivocarse, pero el resto del mundo no. Y siendo realistas hubo dos comparsas que se llevaron a la gente, a la calle y al resto de Andalucía. Y una de ellas, fue "Los Muñecos"... de eso no me cabe la menor duda. Y por eso este pasodoble valiente, con su mijita de sorna y caída en sus primeros compases, donde nos presentan a un Subiela tranquilizando al grupo y repartiendo antidepresivos... cosa que no me extraña, pues Ángel si tiene algo en el carnaval de Cádiz, es experiencia...




Y vamos a dejar la entrada aquí, porque me da a mi, que tirándome tanto como me tiran estos enormes chirigoteros y autores de comparsa, que siempre me gustaron a mi personalmente desde hace ya tantos años (quien me conozca lo sabrá), mucho vamos a hablar de ellos por aquí...

Una cosa si dejaré en el aire antes de terminar esta entrada que he comenzado recién terminada la actuación de este su primer pase por las tablas de su propia casa... y es que es muy bonito, reencontrarse con sonidos que me recuerdan a "otras grandes comparsas" de aquel al que veré mañana si Dios quiere en mi tierra, y al que estoy ya deseando de conocer... y como dice otro gran chirigotero que nos trae noticias frescas este año, y de nombre creo que se llama algo así como Mario del Valle, "Lo digo"... y lo firmo donde haga falta y que me importa lo que piensen los demás. Pero hoy en día, Carapapas es el sonido de comparsa, la idea y la puesta en escena más parecida, mas arriesgada y en mas consonancia a lo que nos dejó en su día otro duende, Antonio Martinez Ares. Y a mi me agrada escuchar estas cositas, desde que al Niño se le metió entre ceja y ceja, dejarnos, tirar sus comparsas a la Mar y a nosotros con ellas. Y con ello equivocarse. No ya por el hecho de dejarnos, y tampoco por el hecho de irse, que para eso está en todo su derecho,... 

Pero si se equivocó por tirar sus comparsas a la Mar, cuando ya no eran de él... y ese fue su gran error y su gran fallo, ese que yo jamás le perdonaré... porque desde mi humilde y más personal opinión, ya no eran tuyas Antonio... tu las pariste, le diste forma, las amamantaste y nos las diste... aunque al final las tirases... pero la Mar, que es más sabia que tu y que yo, nos las devolvió al pueblo... por que como dicen Los Carapapas... es el pueblo, el que te premia, o el que te condena...

Larga vida a estos duendes. Pero si no fuese así (jurado cabrón) si desear desde este blog, larga vida a David y a Francisco Javier. A los Hnos. Marquez Mateos... duendes coloraos, Carapapas de la calle la Palma... y eso vale más que cualquier otra cosa. Porque es un legado, con duende... en esta ocasión, colorao, porque en Cádiz "Rojo" se dice... "Colorao"...

Pd: Si Los Carapapas son "Los Duendes Coloraos"... y Paco Alba es el Brujo, y Martín el Coplero de Cái, entonces ahora ya lo tengo claro, Antonio Martinez Ares es el Duende Plateado... no me cabe duda...