A Cádiz vine a robarle un día...

A Cádiz vine a robarle un día...
A Cádiz vine a robarle un día... y ella fue quien me robó, La Vida... La Vida... La Vida...

viernes, 18 de enero de 2013

Su Majestad el Tango


Hay quien dice que esta Cai milenaria (república de la Libertad),  es la tierra de los que viven como reyes, de los cabrones y de la pluma. Que la gente "carnavalera" muere por la copla, esto es, por estribillos y pasodobles. Por octavillas que antes del gorgorito sonríen y parecen decir, "illo lávate el culito, que voy p'arriba".


Porque como dijera un niño, (El Niño), la chirigota es la reina de esta república y la gente anda loquita por dos comparsas. Pues ustedes estáis fatá: más "Khumbayá" que pacá.
Yo lo siento, pero no hay nada que me haga temblar más de entre todas las coplas del Carnaval de mi Cádiz que el Tango, única majestad a quien rinden cuentas todos los alcaldes de la Caleta, todas las mojarritas, los palomos de la Plaza España, del Mentidero a las Puertas y hasta el Arco la Rosa. Las auténticas majestades de los sones gaditanos. Y da igual el tiempo, ya sea en febrero, en septiembre o sentada en un cine de verano. Suena el Tango y todo tiembla. Se enciende el corazón y baila con la complicidad de una guaracha, se enciende la alegría y se estremecen los sentimientos. Y es lo que hay, como dijo mi primo: Guais, Plais, Mais. Y con ese ritmo y esa cantina, las manitas se me van bailando y marcando compás.


Y mientras otros sigan a ese flautista de Hammelín macabro en que se ha convertido la comparsa (y por el que parece que suspira también la chirigota), yo me quedo escuchando a lo que suena y sabe el reino que más quiero. Me quedo en San Sebastián, al pie de la cañonera, mientras resuene el coro de Pastrana, el de la Viña, el de los niños (que se os echará mucho de menos), el del Vera y Martín, el de Morera, el coro a pie, el de Rivero, el de Mora, el de las niñas, el de Galán y Baranco, el de Ariza, el de las niñas napoleonas de Pastrana, el de Procopio y Lombardo (que tiene más firma que V&L), el de Chiclana, el de Bayón y de los Reyes, el de Sevilla de Fali Pastrana (hijo) y, cómo no, el coro de Julio.


Así que. Viva la Libertad. Viva Cádiz. Viva su majestad el Tango.