A Cádiz vine a robarle un día...

A Cádiz vine a robarle un día...
A Cádiz vine a robarle un día... y ella fue quien me robó, La Vida... La Vida... La Vida...

martes, 22 de marzo de 2011

Se de luciérnagas...

Hace más de un año, que las noches de bohemia nos dejaron su legado, su música y sus letras. Un recorrido plagado de coplas al amparo de lunas luneras y caleteras, que nos llevan a pasear de la mano de su autor, Juan Carlos Aragón, por la noche noctámbula, bohemia y más canalla de cualquiera de las noches que nos pueda ofrecer en la tacita gaditana, a la que Catalina baña de plata. Y bien es verdad que me gustó la comparsa, aunque desde primera hora pensé y así lo hice saber, que no se iban a comer un mojón. Acerté. Sin embargo, el mensaje descarado y lanzado a los cuatro puntos cardinales y dejado en las manos de los vientos que mueven a Cádiz, me llegó. Y penetró en mi vida desde la primera presentación. Caló, dentro de mi corazón y accedió a el de maneras infinitas, y ya desde entonces no necesito nunca nada que decir, pues todo está ya más que dicho. La luna, me da igual en que cuarto se encuentre, como si está llena o a punto de reventar. Para mi no existe. Y siempre será así, porque mientras haya cosas más bonitas que mirar aquí en la tierra, la Luna siempre estará de más. A mi me bastaran las noches, sean de bohemia o no. Y levantaré la voz, aun diciendo lo que no le convenga al mundo, para cantarle con una sola voz, clara y que suene haciendo ruidos de alegría y de dolor. Las cosas pasajeras no serán importantes, y el placer será mío. Porque se de alguna luciérnaga, que no necesita siquiera de la noche para brillar y brillar... y cada día que pasa, compruebo que el hombre no sabe la vida tan bella que deja de lado. Así que a mi callada manera y con la ayuda de el tiempo, que inexorable y poco a poco nos supera, y que no se puede parar (y para qué pensar en ello), sabrán todos el porqué soy tan feliz, y el porqué lo pienso ser. Y entonces, de los Reyes cualquiera, y de los hombres todos... se darán cuenta llegado el día, que bien hubiesen hecho en su tiempo, forma y manera, si se hubiesen cambiado por mi...

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