Blog dedicado a Cádiz, una Ciudad... de donde siempre me sentí... y una forma de vivir... con la que siempre me identifiqué...
A Cádiz vine a robarle un día...
A Cádiz vine a robarle un día... y ella fue quien me robó, La Vida... La Vida... La Vida...
martes, 20 de abril de 2010
Y la única plata que llevo conmigo...
El que sale del alma es el único fuego que no me quema, La que sale de Cádiz es la única claridad que me resucita, Y la del Nazareno es la única cruz que no me envenena, Y la única plata que llevo conmigo es porque es la plata de la Tacita. Y el fuego para los demonios, la claridad para el que mande, Las cruces para San Antonio y la plata para quien te quiera. Y a ti chupa la sangre.
La sangre que aquí me han dado, ha sido sangre del pueblo, Única sangre que bebo, por eso he resucitado. Y como inmortalizado, hago inmortal a mi pueblo. Y mientras que las derrame, no querré más sobras de vino. Y beberé del prohibido, aunque me muera de hambre, Por eso bebo tu sangre y me emborracho contigo.
No quiero ver a mi pueblo desangrado, Por los colmillos de los envenenados. Porque mi pueblo no tiene sangre azul, Que es de sangre roja de vida y juventud. Y como no quiero verlo desangrado Por eso tiro en el cuello los bocados. Y lo que hagan conmigo me da igual, Porque la sangre del pueblo es inmortal.
Resistiré las tentaciones delante de los fanfarrones, Porque a mi no me da la gana que nos gobiernen por cañones. Que los tirabuzones son de las gaditanas. Resistiré constituciones que esconden crímenes de Estado, Y amparan líderes ladrones, en los sillones del Senado. Que es donde están sentados los nuevos fanfarrones. Por eso puesto a resistir, resistiré que en sus palabras, Me entre por los dos oídos y por ninguno me salga, Por eso puesto a recibir, resistiré que en sus palabras. Me entre por los dos oídos y por ninguno me salga. Resistiré las tentaciones.
Recuerdo que no quedaba dos lunas para primavera, Cuando la vi que bajaba con su morada bandera, Y que se oía su padre cantando desde la torre: “No se te olvide una calle en la que pongas tu nombre”.
Recuerdo que le decía con su morada bandera: “Si yo tuviera una reina sería Lolita la Piconera”. Y si Lolita no fuera, que fuera reina su hermana, Que es la más republicana por eso le llama Pepa. Que con Lolita y la Pepa, que con la Pepa y la Lolita, No harían falta las puertas de tierra en la Tacita.
Para ser inmortal no hace falta ser un hombre histórico, Que llevar una vida adelante oficio de héroe, Más allá que siempre la ética bajo su músculo, Me permita dormir cada noche escuchando su música. Aun sabiendo que antes del día le espera la fábrica, Y que nunca será bautizado como Jesucristo, Que tendrá una única sabana y cien mil carnavales distintos, Aún sabiendo que antes del sábado ni los periódicos, Venderán una foto de archivo con su pie de página, Otra vez han quemado los puentes, otra vez han quemado al obrero, Pero no han apagado a la gente, la más valiente la de astilleros, Mi palabra de carnavalero mi comparsa no te olvida Y cuando llegue febrero tirará por la bahía. Otra vez han quemado los puentes, otra vez han quemado al obrero, Pero no han apagado a la gente, la más valiente la de astilleros, Mi palabra de carnavalero mi comparsa no te olvida, Aún sabiendo que antes del día le espera la fábrica.
Ya te dije que la claridad, la única que no me quema, Es la del mar, la libertad, la gaditana. Ni mata si es de plata la Tacita, La que me crucifica en tu ventana, La que por más galana, más bonita. La del mar, la claridad, la que me grita, La vida que resucita junto a ti cada mañana. Te dije que la plata en tu ventana, La del mar, la claridad de la Tacita, Es la que resucita mi bonita gaditana. Y si del alma tuya sale el fuego, Recordarás que a mi el fuego, el único que no me quema, De tu alma que locura la candela, Aunque me crucifique de veneno, Como es de tu ventana por lo menos, Y aunque al mar le falte el agua no me quema Igual que no me envenena la cruz del Nazareno. Igual que no me envenena la cruz de carnavales. Desenterrando los puñales de las arenas salías Y con su sangre escribía: "Los inmortales, los inmortales, los inmortales"
Letra y música:Juan Carlos Aragón Becerra. Director:Francisco Javier Bohorquez Gutierrez
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